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29/3/10
Cómo presentarse a una entrevista de trabajo, por Olga Casal
Publicado en REVISTA PROTOCOLO: http://www.revistaprotocolo.com/protocolo-social/comunicacion/1364-como-presentarse-a-una-entrevista-de-trabajo.html
Si te han convocado para asistir a una entrevista de trabajo, es que tu C.V es adecuado para el perfil profesional que busca la empresa. Ahora la pelota está en tu tejado. Tendrás que demostrar personalmente que eres quien dices ser, que sabes tanto como aseguras y que además de ser bueno, lo pareces. Es decir, que para vencer, primero tendrás que convencer. Y para ello, deberás esmerarte. No olvides que sólo hay una oportunidad de causar una buena primera impresión.
Prepara la entrevista: consulta en Internet toda la información posible sobre la empresa, ensaya preguntas y respuestas posibles, busca argumentos que conviertan en oportunidades positivas aquellas lagunas que pueda haber en tu formación o tu experiencia profesional, prepara el discurso que persuadirá a tu entrevistador de que eres el mejor candidato para el puesto poniendo de relieve lo que tú puedes aportar a la empresa. No es el momento de ser modesto, pero procura conservar el sentido de la medida, que te evitará caer en la tentación de la arrogancia.
Bien. Ya tienes el guión aprendido. Y ahora surge la gran duda: “¿Qué me pongo para la entrevista?” La respuesta puede resumirse en dos palabras: lo adecuado. Y lo adecuado es distinto en cada caso. Haz un ejercicio de empatía y piensa qué es lo que espera encontrar tu entrevistador, tomando como referencia la propia empresa y el puesto para el que te postulas. En este momento de la partida la pregunta no es quién eres tú, sino si tú eres la persona que buscan. En cada caso será diferente. Si eres un profesional relacionado con un trabajo creativo (diseñador gráfico, escaparatista, peluquero), sería incongruente que te presentaras con traje de chaqueta. Olvídate de lo clásico y ponte algo moderno, original, que te diferencie de los demás y exprese la personalidad de la empresa sin renegar de la tuya propia. Pero, eso sí, con gusto, bien combinado. Si, por el contrario, la empresa busca un perfil comercial o de atención al público, entonces recurre a algo más convencional, sencillo, sin extravagancias, que genere confianza, aunque no por ello debe ser anodino o aburrido. En resumidas cuentas, adáptate a las circunstancias sin renunciar a tu estilo. Debes sentirte cómodo contigo mismo y con lo que llevas puesto. Es la única manera que conservar la naturalidad.
Sin embargo, hay pautas que son válidas universalmente y en todos los casos: el aseo personal (manos, uñas, pelo, barba cuidada o afeitada, maquillaje discreto), el olor (perfume suave, no fumar ni entrar en bares o cafeterías inmediatamente antes de la cita, ya que el olor a tabaco y a churro es casi inevitable), la ropa impecable (limpia, planchada, sin hilos colgando y que no falten botones), los zapatos limpios, accesorios sencillos y los mínimos imprescindibles (nada que distraiga al entrevistador de su conversación contigo). Recuerda que la sencillez es un valor indispensable para acercarse a la elegancia.
En marcha. Es la hora. Procura llegar puntual, mejor unos minutos antes. Saluda con educación, estrecha la mano de tu interlocutor con firmeza y mírale a los ojos sonriendo. Siéntate sólo cuando te haya invitado a hacerlo y espera a que él inicie la charla. Las respuestas no han de ser demasiado largas, pero tampoco monosilábicas. Deja que el entrevistador lleve el peso de la conversación, pero dale juego. Procura conservar la tranquilidad y hablar despacio, vocalizando y controlando el tono de voz para que resulte audible sin ser estridente. Exprésate con corrección, evitando los colegueos. Si has hecho ensayos delante del espejo, eso te ayudará a ser consciente de tu lenguaje corporal: gesticula lo justo, no cruces los brazos ni las piernas, que no harán más que interponer barreras, no ocultes las manos, habla siempre mirando a la cara. Y sonríe. Una sonrisa sincera y oportuna siempre es un argumento convincente.
La entrevista ha terminado. Despídete con un apretón de manos y no olvides agradecer que te haya recibido y atendido, concretando cuándo y por qué medio el entrevistador se pondrá en contacto contigo para comunicarte el resultado de la cita.
Si a pesar de haber cumplido todos y cada uno de estos preceptos, no consigues el puesto, no desesperes. Sin duda surgirán nuevas oportunidades para las que ésta te habrá servido de experiencia. Mucha suerte.
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