En ambos casos, buena parte del mensaje que el autor y director se han propuesto transmitir reside en la puesta en escena, ya que, como es sabido, los estímulos visuales son los que se perciben en mayor medida. Desde este punto de vista, todo lo que concierne a los escenarios en los que tendrá lugar la celebración de un acto ha de ser cuidadosamente pensado y elaborado, ya que compromete la imagen de la entidad organizadora. Nada debe quedar al azar o abandonado a la improvisación y sí prever todas las eventualidades posibles.
Pero un acto transcurre no sólo en el tiempo, sino también en el espacio. Los asistentes, ya sean protagonistas o invitados, se mueven en distintas direcciones, entran, salen, se dirigen a la presidencia, al atril de oradores… Por eso es muy importante establecer unos recorridos claros que cada uno ha de conocer de antemano para que, a los ojos de los asistentes y los medios de comunicación audiovisual, los espacios puedan percibirse limpios y diáfanos. De esa manera, la impresión general será de orden y mesura, dando la sensación de que el acto transcurre sin artificios. Si, por el contrario, cada uno circula por donde se le antoja, topando unos con otros, estaremos transmitiendo una imagen desordenada y desorganizada del acto y, como consecuencia, también de la entidad promotora, enturbiando con ello el mensaje efectista que nos habíamos propuesto.
Para lograr este objetivo, los recorridos deben ser estudiados detalladamente por el organizador, primero sobre el plano, después sobre el escenario real y, finalmente, plasmados en un ensayo general al que acudirán todos los que tengan previsto intervenir en el acto con algún protagonismo.
Además, el hecho de que cada uno conozca con detalle la secuencia de su participación le aportará seguridad y aplomo, provocando una sensación general de naturalidad y fluidez.
Por eso me parece acertado establecer esta analogía entre la representación teatral y la organización de un evento, porque ambos requieren una planificación y dirección responsable y profesional.
Estimada Olga
ResponderEliminarMe encantó tu post.
Yo tambien acredito que el protocolo es la escenificación del poder. Me gusta mucho el teatro y por eso me interesé por el protocolo...
Un abrazo
Isabel
Querida Isabel,
ResponderEliminarTus palabras son un verdadero honor para mí. Muchas gracias. Espero que podamos vernos el mes que viene en el congreso de Santiago.
Un abrazo,