20/12/10

¿Cuánto dura el espíritu navideño?, por Olga Casal



Es curioso el proceso de transformación que sufre el ciudadano medio con motivo de las fiestas navideñas, que se repite año tras año. En cuanto empiezan a sonar los primeros villancicos y a aparecer escaparates llenos de nieve y luces, todos ponemos cara de asombro preguntándonos… ¿pero ya es Navidad? ¿Otra vez? Y es que cada año esto sucede antes, obviamente por imperativos comerciales. Ya por el mes de octubre llegan los polvorones al supermercado, a continuación los turrones … y sin que nos demos cuenta … estamos en diciembre. Y como una cosa lleva a la otra, una vez superada la sorpresa, inmediatamente empezamos a pensar en la que se nos viene encima: regalos, cenas de empresa, compromisos, reuniones familiares… en otras palabras, ¡prepara el bolsillo y la paciencia!. Aquí se nos tuerce el gesto, para, enseguida, asumir con resignación que no nos queda más remedio que pasar por el aro. ¡Otra vez Navidad!

Pero a medida que se acerca el 25 de diciembre, la población va experimentando una contagiosa dulcificación del carácter. Es curioso, pero hasta los más antipáticos envían felicitaciones (bendita Internet, que nos permite hacerlo a golpe de ratón, en un segundo y con envíos masivos), esbozan una sonrisa y expresan sus mejores deseos para todo el mundo. Es el espíritu navideño. A partir de ese momento, todo son parabienes, felicitaciones, buenas intenciones… Son días de concordia, de paz y armonía, en los que todos nos sentimos buenos y generosos. Y seguramente lo somos.
Pero, casi sin darnos cuenta, llega enero. Los buenos deseos se olvidan y las buenas intenciones también. Se acabó la Navidad. Volvemos a la rutina, al gesto torcido y a los sinsabores del día a día. Empieza la cuesta de enero, los kilos de más y el dinero de menos. ¡Qué poco ha durado el espíritu navideño!
Os propongo que este año lo prolonguemos un poco más, hasta febrero. Así ganaremos un mes de sonrisas y amabilidad. Además, si cada año hacemos lo mismo, alargándolo otro mes, antes de que nos demos cuenta, tendremos un año completo mucho más grato. Los problemas serán los mismos, eso sí, pero los veremos de otra manera. Ahí os dejo la invitación.
De momento, y con independencia de que aceptéis o no mi propuesta, deseo a todos los que lean estas líneas y a los que me siguen fielmente por una u otra vía una feliz Navidad y … como mínimo…. que en el 2011 vayan mejorando las cosas. Ojalá que así sea,
¡A todos, gracias... con mi mejor sonrisa!

5 comentarios:

  1. Feliz Navidad, Olga, y un muy generoso Año Nuevo.

    Bikiños

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  2. Lo mismo te deseo, Xosé Antón. A ver si es verdad que el 2011 viene generoso par todos. Un abrazo y faliz Navidad,

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  3. En este mundo de diferencias y semejanzas,
    Que nos una el deseo de ser cada día mejores personas.

    GRACIAS por este año de compañía, de cambios y transformaciones.

    Que en este 2011 VIVAS TUS SUEÑOS!
    En este post y video va mi deseo para este nuevo comienzo!
    http://naskendi.blogspot.com/2010/12/todo-final-implica-un-nuevo-comienzo.html#links
    Carina Sampó

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  4. Carina, muchas gracias por tus deseos y por compartir tan hermosas palabras. Feliz Navidad y un abrazo.

    ...Y otro abrazo para ti Carmen, con mis mejores deseos.

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