9 de mayo. Hoy celebramos el día de Europa.
La fecha conmemora la Declaración Schuman, impulsora del acuerdo que supondría la primera integración de los estados europeos en un organismo supranacional, cuya firma tuvo lugar el 9 de mayo de 1950. Ese día Francia y Alemania suscriben el convenio por el que nacería la CECA, Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que constituye el germen de la actual Unión Europea.
Con este motivo celebramos desde 1985 el día de Europa y en todos los países miembros ondean las banderas de la UE como símbolo de unidad e identidad.
La bandera europea carece de legislación específica sobre su uso, excepto la recomendación de colocarla en las fronteras exteriores de la UE y en los edificios de sus instituciones. También la Comisión Europea instó a los estados miembros a izarla en los actos propios de la Unión y en dos fechas conmemorativas: el 25 de marzo, aniversario del Tratado de Roma, y el 9 de mayo, día de Europa.
Por lo demás, cada estado es libre de utilizarla según sus propios criterios.
En España es frecuente verla ondear junto a las enseñas oficiales, con mayor o menor acierto en su ordenación. En este sentido, debemos recordar que, al no responder a ninguna normativa específica, la bandera de la UE debe ocupar el último lugar en la prelación. Según a qué banderas oficiales acompañe, su colocación será como sigue:
1- Con la bandera nacional, se colocará a continuación de ésta
2- Con la bandera nacional y autonómica, se colocará a continuación de esta última, en una ordenación lineal y a la izquierda de la nacional en una ordenación en alternancia
3- Con la bandera nacional, la autonómica y la local, se colocará a continuación de esta última en una ordenación lineal, y a la izquierda de la bandera local cuando se ordenen en alternancia
(Todas estas posiciones recordemos que están expresadas desde el punto de vista de las propias banderas, y no del espectador)
En actos propios de la UE, la ordenación de las banderas viene determinada por la precedencia de los estados miembros, siguiendo el orden alfabético de sus nombres en su propio idioma. De esa manera, la prelación, siempre precedida por la bandera europea, sería la siguiente:
Bélgica, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Alemania, Estonia, Grecia, España, Francia, Irlanda, Italia, Chipre, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Hungría, Malta, Países Bajos, Austria, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia, Finlandia, Suecia, Reino Unido.
Se ha convertido en costumbre, aunque tampoco esto está legislado, que en el territorio del país que preside el semestre la UE, la bandera nacional ocupe el puesto siguiente a la europea, y que a continuación se coloque el resto por su orden.
Como apunte personal, sólo añadiré que fuera de los casos que se refieren a conmemoraciones propias de la UE u ocasiones muy concretas en las que se celebren actos con un trasfondo europeísta, me parece excesiva la omnipresencia de la bandera europea en España, ya que permanentemente la vemos acompañando a nuestras banderas oficiales. Las banderas son un símbolo de soberanía y creo que la bandera europea ensombrece este concepto innecesariamente.
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