Publicado en REVISTA PROTOCOLO:
http://www.revistaprotocolo.com/protocolo-social/comunicacion/1790-el-protocolo-social-como-valor-anadido.html
En nuestra sociedad, cada vez más competitiva y atenta al aspecto formal y visual de productos y personas, es imprescindible ofrecer un aspecto correcto y coherente con lo que somos y pretendemos, si aspiramos al éxito personal, político, empresarial o social.
Los expertos en marketing y los publicistas saben muy bien que el envoltorio es un factor crucial que determina la decisión de compra. Permite identificar el producto y la marca, pero también encarna una serie de atributos o valores en un lenguaje simbólico que aparece codificado a través del diseño, los materiales, los colores y otros elementos gráficos. La apariencia externa provoca en el consumidor una actitud positiva o negativa que contribuirá al posicionamiento del producto en el mercado, más allá de las propiedades reales que contenga.
Pues bien, todo este discurso es extrapolable a las personas. A todas. A través de nuestro aspecto externo (atuendo, modales, expresión verbal y gestual) causamos una impresión determinada de la que pocas veces somos conscientes pero que, en cualquier caso, debería resultar favorable a nuestros intereses. Sin embargo, no siempre es así. Excelentes profesionales, con una larga y acreditada trayectoria, pueden perder oportunidades en un mercado muy competitivo por no conocer unas sencillas reglas de protocolo social, que les permitirían apuntalar su capacidad con una presencia y un comportamiento apropiados y, sobre todo, adecuados a cada circunstancia.
La corrección en el vestir, la educación y buenas maneras, los gestos y expresiones configuran nuestra carta de presentación, por lo que debemos conocer las estrategias necesarias que nos llevarán a desenvolvernos con soltura, elegancia y naturalidad en todos los ambientes, favoreciendo con ello las relaciones, tanto personales como profesionales, que nos ayuden a transmitir un mensaje de solvencia y credibilidad. Pero también de singularidad, de personalidad, de distinción.
Somos nuestro mejor producto. No podemos consentir que un aspecto poco cuidado o un proceder inoportuno transmitan una falsa impresión. En nuestra mano está lograr que la imagen que transmitimos sea positiva y se convierta en nuestro aliado. Sólo necesitamos un poco de objetividad para vernos a nosotros mismos con distancia y sentido crítico y algunos conocimientos de protocolo social que nos revelen las claves del saber estar. Un envoltorio atractivo y coherente, incorporado con naturalidad a nuestra vida diaria, constituye un valor añadido que, sin duda, servirá para reforzar nuestras competencias profesionales.
Me parecen muy interesantes sus artículos. Espero que siga publicando cada semana.
ResponderEliminarGracias por tu interés, Claudia. Mi intención es seguir publicando un artículo semanal en este blog. También puedes seguirlos en www.revistaprotocolo.com
ResponderEliminarSaludos,
Hola Olga,
ResponderEliminarMe gustan muchos tus artículos.
Gracias por compartir tus conocimientos que me ayudan a nivel profesional y personal.
Un cordial saludo
Imma Esteve
Gracias a ti, Imma.
ResponderEliminarSaludos cordiales,
Excelentes consejos que nos sirven para desembolvernos mejor en nuestro aspecto personal y laboral
ResponderEliminarGRB - Colombia