Publicado en REVISTA PROTOCOLO: http://www.revistaprotocolo.com/comunicacion/comunicacion/1596-la-experiencia-de-conocerse-a-si-mismo-aplicaciones-del-analisis-dafo.html
La mayor parte de las empresas, en su legítimo afán por mantener o adquirir cierto posicionamiento en el mercado, evalúan periódicamente sus puntos fuertes y débiles y la relación de estos con las amenazas y oportunidades que aparecen en su entorno. Este estudio pone de manifiesto la situación real en que se encuentran y marca las pautas necesarias para alcanzar los objetivos de competitividad fijados en los planes de marketing y comunicación. Dicho de otro modo, necesitan saber quiénes son y qué quieren conseguir para saber si deben tomar medidas de corrección o no. Para ello, utilizan una sencilla y eficaz herramienta de investigación, el análisis DAFO, acrónimo formado por las siglas de los principales conceptos a analizar: Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.
Pero más allá de estrategias de mercadotecnia, este método puede resultar muy útil aplicado al conocimiento personal, partiendo de la base de que el conocimiento de uno mismo es el primer paso para crecer emocional y profesionalmente y, como consecuencia, comunicar mejor con nuestros públicos, sobre todo en una coyuntura económica y social como la actual, en la que millones de personas han perdido su empleo y, en muchas ocasiones, la confianza en sí mismos.La mayor parte de las empresas, en su legítimo afán por mantener o adquirir cierto posicionamiento en el mercado, evalúan periódicamente sus puntos fuertes y débiles y la relación de estos con las amenazas y oportunidades que aparecen en su entorno. Este estudio pone de manifiesto la situación real en que se encuentran y marca las pautas necesarias para alcanzar los objetivos de competitividad fijados en los planes de marketing y comunicación. Dicho de otro modo, necesitan saber quiénes son y qué quieren conseguir para saber si deben tomar medidas de corrección o no. Para ello, utilizan una sencilla y eficaz herramienta de investigación, el análisis DAFO, acrónimo formado por las siglas de los principales conceptos a analizar: Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.
Hagamos un ejercicio de introspección serio y riguroso, siguiendo el método del análisis DAFO. Todos los seres humanos, sin excepción, tenemos un bagaje de aptitudes, talentos y habilidades, innatas unas veces y adquiridas otras, de las que no siempre somos conscientes. Es de justicia que nos reconozcamos a nosotros mismos estas capacidades y las pongamos en valor. Podemos empezar por confeccionar una lista que recoja nuestras competencias más destacadas, tanto en el aspecto físico, como intelectual o emocional. Pero, eso sí, imbuidos de un espíritu positivo. Desde la resistencia o la tenacidad, hasta la facilidad para los números, la empatía, la experiencia o la fluidez verbal, todos nuestros talentos deben pasar un examen exhaustivo antes de ser incorporados a la lista que, a la fuerza, resultará larguísima. De lo contrario, es decir, si fuera sospechosamente corta, es evidente que estará reflejando un problema de autoestima que nos impide reconocer nuestros valores. Recurramos entonces a familiares, compañeros y amigos en busca de mayor objetividad. Seguro que surgen nuevos ítems que incorporar al listado.
Por otra parte - y en esto tampoco hay excepciones- todos tenemos defectos y limitaciones. Cuanto antes los reconozcamos, antes podremos corregirlos, si es posible, o contrarrestarlos, minimizando sus efectos, si no lo es. Hagamos otra lista con nuestras debilidades, pero poniendo coto a las tendencias excesivamente críticas y autodestructivas. Objetividad y distancia son imprescindibles. En unos casos será la falta de carácter, en otros la impuntualidad o la dificultad para trabajar en equipo. Anotemos todo. También aquí podemos recurrir a personas cercanas en cuyo criterio confiemos para que el resultado sea veraz.
La elaboración de ambas listas revelará muchos aspectos de nuestra personalidad que, hasta ahora, habían pasado inadvertidos y servirá para abrir un debate interno que nos ayude a buscar nuevos cauces de reflexión y nos incite a evolucionar.
Ahora estamos en condiciones de evaluar cómo interactúa el entorno con nosotros, analizando cuáles son las amenazas que nos perjudicarían en caso de verificarse y empezar a tomar medidas para que esto no ocurra. Un compañero demasiado competitivo, la falta de solvencia económica, un contrato eventual o vivir demasiado lejos del trabajo pueden configurar un futuro más o menos amenazante cerniéndose sobre nuestras cabezas. Lo anotaremos también en otra lista e intentaremos buscar soluciones imaginativas o, mejor aún, encontrar su aspecto positivo, convirtiendo la amenaza en una ocasión que nos permita introducir un cambio y mejorar nuestras condiciones.
A continuación, redactaremos la última lista, la que nos hará recapacitar en las oportunidades que el mercado y la propia la vida pone a nuestro alcance, comprobando que son muchas y debemos aprovecharlas. Desde una nueva línea de negocio que ha implementado nuestra empresa, hasta una academia de inglés que acaban de abrir cerca de casa o la posibilidad de que los niños coman en el colegio. Hay un sinfín de circunstancias de las que podemos beneficiarnos si sabemos reparar en ellas con un talante optimista y creativo.
Con todos estos datos en la mano ganaremos en conocimiento, confianza y autocontrol. Comprenderemos mejor a nuestro entorno y a nosotros mismos y podremos establecer estrategias de actuación a corto y medio plazo, marcándonos objetivos factibles y alcanzables.
El éxito, en gran medida, depende de nosotros mismos. Dejemos al azar el menor espacio posible.
Es un nuevo enfoque de viejo recurso. Muy interesante.
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