Publicado en REVISTA PROTOCOLO: http://www.revistaprotocolo.com/articulos-y-reportajes/articulos/2453-los-tratamientos-de-la-familia-real-espanola-en-los-medios-de-comunicacion.html
Los problemas de salud del Rey en los últimos días han despertado una gran expectación e interés informativo, por lo que decenas de periodistas se han apostado a las puertas del centro sanitario donde se encontraba hospitalizado esperando los partes médicos y, de paso, buscando una rápida entrevista con las personalidades que allí se acercaron a visitar al monarca.
En un programa de televisión que retransmitía la llegada de la Infanta Cristina, se oyó claramente cómo una reportera la interpelaba llamándola “Infanta”, para después formularle una pregunta. Se da la circunstancia de que esa misma reportera, con motivo de una visita de los Príncipes de Asturias a México, se dirigió a gritos a doña Letizia desde el otro lado de la calle llamándola “Princesa”, a la espera sin duda de que ésta le contestara también dando voces.
Hechos como estos son bastante frecuentes y sirven para poner de relieve la falta de educación y de formación de la que hacen gala muchos pseudo-profesionales del periodismo que enturbian el panorama mediático nacional desprestigiando la profesión con sus actitudes barriobajeras.
Que es de mala educación gritar a la gente y hacer preguntas impertinentes es obvio para casi todo el mundo, por lo que no voy a insistir en ello. Lo que hoy quiero aclarar son los tratamientos a que tienen derecho -porque así está legislado (1) - los miembros de la Familia Real Española y la manera de aplicarlos.
Tanto el Rey como la Reina de España reciben el tratamiento de Majestad (la abreviatura en los escritos es S.M.). Por tanto, cuando alguien se dirige a ellos debe hacerlo utilizando este término. También se acepta interpelarlos llamándolos Señor o Señora. Si se trata de referirse a ellos en tercera persona, entonces diremos Su Majestad el Rey o Su Majestad la Reina, pudiendo añadir a continuación el nombre de pila precedido de don o doña. En los medios de comunicación y por una cuestión de economía de lenguaje orientada a hacer más ágil la noticia, a veces se los menciona como el Rey Juan Carlos o la Reina Sofía. Es correcto.
El heredero de la Corona ostenta la dignidad de Príncipe de Asturias y tanto él como su consorte recibirán el tratamiento de Alteza Real (la abreviatura en los escritos es S.A.R.). Quiere esto decir que quien se dirija al Príncipe o la Princesa debe hacerlo llamándolos Alteza y no Príncipe o Princesa, como hizo la intrépida reportera a la que aludí al inicio. Para referirse a los príncipes, lo correcto es decir Su Alteza Real el Príncipe o la Princesa de Asturias y, como en el caso de los reyes, se puede añadir después su nombre de pila precedido por don o doña. También en este caso los medios de comunicación abrevian correctamente nombrándolos como el Príncipe Felipe o la Princesa Letizia.
Los demás hijos del Rey y los hijos del Príncipe o Princesa de Asturias son, desde su nacimiento, Infantes de España y reciben el tratamiento de Alteza Real (S.A.R.). Es decir, que quien quiera dirigirse a la Infanta Cristina, tendrá que llamarla Alteza y no Infanta. Para referirse a los Infantes de España, en tercera persona, se seguirán las mismas normas que para los príncipes, tal y como ha quedado explicado más arriba.
En la actualidad, son Infantas de España las dos hijas del Rey -Elena y Cristina-, las dos hermanas del Rey – Pilar y Margarita-, las dos hijas de los Príncipes de Asturias –Leonor y Sofía- y la Infanta doña Alicia, Duquesa viuda de Calabria, tía del Rey y viuda del Infante don Alfonso. A ellas se añade el hijo de esta última, el Duque de Calabria, primo hermano del Rey, a quien el monarca, en virtud del derecho que la ley le reconoce, otorgó la dignidad de Infante de España. Todos ellos tienen derecho al tratamiento de Alteza Real.
Los consortes de los Infantes de España no tienen, por sí mismos, derecho a ningún tratamiento especial, excepto el que el Rey les conceda, y que conservarán mientras permanezcan casados o viudos. Por eso, Jaime de Marichalar, al separarse de la Infanta Elena, deja de ser Duque de Lugo y, por lo tanto, pierde el derecho al tratamiento de Excelentísimo Señor que este título le otorgaba.
Por su parte, los hijos de los Infantes de España tienen la consideración de Grandes de España, sin que ello de origen a un tratamiento especial distinto del de Excelencia.
Los tratamientos de la Familia Real Española son un derecho reconocido legalmente, por lo que se deben aplicar como corresponde. En los medios de comunicación es lógico que se abrevien, pero no que se eliminen o se utilicen incorrectamente.
--------------------------------------
(1) Real Decreto 1368/1987, de 6 de noviembre, sobre régimen de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes
Al primero que se le debe enseñar este tipo de cosas, al que presume como periodista de las Casas Reales, el Señor Jaime Peñafiel, nunca utiliza ni siquiera el Doña, para dirigirse a la Princesa Doña Letizia, deberian de sancionarle por el maltrato periodistico que hace contra Su Alteza.
ResponderEliminarCreo que es importante que los medios de comunicación y sus profesionales tengan una formación interdisciplinar que les permita inoformar adecuadamente.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un saludo,