6/11/10

Protocolo, ceremonial y etiqueta, por José Luis Delgado



El anterior artículo sobre si era protocolario que los políticos llorasen ha dado su jugo y me da pie para tratar en este algún aspecto que puede ser ilustrativo en el orden conceptual de la terminología, muchas veces mal usada, protocolaria. Alguno de los blogueros me “acusaba” de no estar muy al día cuando decía que el protocolo es orden, son precedencias, y me decía que discrepaba en que el protocolo se limitase a un orden de precedencias.
Vamos a ir viendo los tres términos fundamentales, a mi modo de entender, que se imbrican en lo que todos conocemos por Protocolo. Estos tres términos son Protocolo, Ceremonial y Etiqueta, todo lo demás se le podrá llamar como se quiera pero estrictamente no es protocolo, como vamos a ver.
El termino Protocolo, procede del griego “protos” que significa primero; esto nos da pie a pensar que el largo alcance de la palabra (tiene otras muchas acepciones) no es ni más ni menos que situar primero a quienes deben estar primeros. Felio Vilarrubias ya dice que en el Derecho Natural el Protocolo no era ni más ni menos que dar a cada uno lo suyo, lo que se merezca, con arreglo a su categoría.
El Protocolo es el instrumento del que se sirve el organizador para ordenar los actos y para que esos actos sean bien comunicados a la sociedad; La existencia y el alcance de los medios de comunicación han obligado al Protocolo a dar un giro de 180 grados frente al protocolo que pretendía solo reflejar el poder de las autoridades frente al mundo con un rígido ceremonial. Hoy día, es cierto que la propia normativa oficial nos habla de imagen, de lo que el Protocolo proyecta, comunica y resuelve.
Como comprenderán existen muchas definiciones del protocolo, pero quizás la más ilustrativa sea la que el propio diccionario de la Lengua nos ofrece:”regla ceremonial diplomática o palatina, establecida por decreto o por costumbre”. Es claro. Nos dice que es Regla y es Decreto; es decir, el Protocolo son las normas establecidas por leyes, reales decretos, ordenes ministeriales, porque la misión del protocolo es establecer unas normas a la hora de situar y ordenar tanto a las cosas como a las personas. Establece mediante una ley o un real decreto lo que se debe hacer y cómo situar a unos determinados cargos; por ello no me vale el concepto que del protocolo se tiene y que parece ser un cajón de sastre; a cualquier cosa decimos, “no es protocolario”, “este señor no cumplió el protocolo (porque se rascó la nariz o porque no iba adecuadamente vestido). Protocolo son normas oficiales y sirven exclusivamente para ubicar con unas determinadas precedencias a las autoridades de un Estado, de una comunidad autónoma o de un municipio. Fíjense que por eso no hay una norma publicada sobre el Protocolo de Empresa, porque no todas las empresas son iguales ni tienen los mismos cargos. Se dice, eso sí, que existe el Protocolo en la Empresa, que bebe del llamado protocolo oficial pero que se utiliza a su medida y cada una de las empresas como lo considera oportuno.
El Protocolo equivale a lo oficial y su misión en el siglo XXI es establecer el orden mediante el cual las precedencias que se establecen sirven para comunicar y escenificar una determinada identidad, acorde con objetivos definidos previamente. Y siempre pública.

El otro término que va unido al Protocolo es el Ceremonial, cuyo significado nos viene a decir que son el conjunto de formalidades para la celebración de un determinado acto o una determinada solemnidad. En muchas organizaciones oficiales también es el libro que contiene el ceremonial que se debe observar en cada una de las solemnidades, de la Iglesia, de una corporación, etc. Por tanto la Ceremonia o el Ceremonial es la parte que se ocupa de revestir un determinado acto con mayor o menor solemnidad, de cómo vamos a decorar el recinto donde se va a celebrar la entrega de unos premios, si lo vamos a revestir con tapices, si vamos a poner decoración floral, dónde vamos a situar los micrófonos si vamos a poner una mesa presidencial o el acto va a ser de pie, si vamos colocar circuito cerrado de televisión, si vamos a colocar banderas etc, etc…, es decir, cómo vamos a decorar todo para que la premisa de orden y limpieza equivalga a elegancia, en el recinto.
El Protocolo, definitivamente, es Noma; la Ceremonia es Forma. Si unimos Norma y Forma, lo que nos están ofreciendo es una clara comunicación visual del acto.
Y por último, el otro término que decía al principio de este articulo, la Etiqueta, es decir qué vestimenta se debe observar en los distintos actos a los que somos invitados, bien sean actos públicos o privados, y cumpliendo siempre con la que nos marquen nuestros anfitriones o la autoridad que nos invita. Si nos marcan vestir de chaqué, no podemos presentarnos ni con traje ni mucho menos con pantalones vaqueros y americana. También la Etiqueta marca la ceremonia en el trato.
Pues bien, visto todo lo anterior, es claro que el Protocolo no son normas de educación, de comportamiento, de cortesía, galantería, urbanidad, buena educación etc. etc…, el Protocolo es la norma y regla. Todo lo demás, no me atrevería yo a denominarlo pero no son más que buenos modales, buen comportamiento en sociedad, buena educación. Existen para establecer esta distinción entre Protocolo y normas de comportamiento algo que muchos utilizamos: “saber ser” y “saber estar”. ¿Qué quiero decir? Que una persona no es solo cultura, formación, educación o amabilidad. Una persona es un conjunto de todos esos elementos, que combinados hacen posible que una persona sea completa. Cuántas veces nos hemos topado con excelentes profesionales en lo suyo, pero carentes de toda educación, o al revés.
Creo, por tanto, que no debemos confundir Protocolo con los comportamientos humanos, porque después nos encontramos con la desagradable sorpresa de ver en los medios de comunicación personas o personajillos que se las dan de expertos en protocolo y que no hablan más que de chismorreos sociales.
José Luis Delgado García
Socio – director “Delgado & asociados”

1 comentario:

  1. gracias por tan clara explicacion!
    que pena que las personas encargadas de hacer cumplir los Protocolos, no son protocolares, ni cultas, ni educadas, ni profesinales...y a veces parece que ni si quiera son humanos.

    nuevamente, gracias

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