4/1/15

¿Cristina Pedroche mató a Kennedy?, por Olga Casal

Cristina Pedroche no mató a Kennedy, por Olga Casal

Tras varios días en los que no se ha dejado de hablar de Cristina Pedroche y el vestido transparente con que dio las campanadas de fin de año, sólo puedo decir que estoy de acuerdo con todos los comentarios que he leído. Con todos: los que la atacan por su mal gusto y falta de oportunidad y los que la defienden por ejercer su libertad de elegir tanto su indumentaria como su estilo de trabajo.

Dejando aparte que deploro la hipersexualización creciente tanto en la publicidad como en los medios de comunicación y la cosificación también creciente de las mujeres en los mismo ámbitos, he de decir que felicito de todo corazón tanto a Cristina Pedroche como a La Sexta por su puntería. Nunca se consiguió mayor repercusión con menos medios. Porque de esto se trataba, ni más ni menos, de estrategia comunicativa.

La cadena de televisión, muy minoritaria, buscaba ganar audiencia a cualquier precio, rivalizando con las grandes en el momento cumbre del año, y la presentadora emergente buscaba rentabilizar su físico y su imagen, también a cualquier precio, a sabiendas de que era su gran oportunidad. Ambas con el fin de promocionarse y ganar enteros en sus respectivas carreras. Y ambas lo lograron: inundaron los periódicos, las redes sociales y las tertulias de comentarios relativos a la gran proeza del vestido transparente. Sí. Una proeza muy rentable. ¡¡Misión cumplida!!

No creo que haya que ir mucho más lejos ni poner una diana en la frente de la chica porque, nos guste o no nos guste el vestido, tampoco es que Cristina Pedroche haya matado a Kennedy. Digo yo.

9 comentarios:

  1. Yo me pregunto quién eligió el vestido ¿fue "impuesto" o una elección propia?
    Me parece que buscar la relevancia de un momento que se sabe perdido de antemano (porque de todos es sabido que la audiencia se queda con La Primera durante las campanadas) mediante la indumentaria de la presentadora es hilar muy fino y delata muy poca consistencia. La relevancia sí la han conseguido pero ¿en qué lugar queda La Sexta con esta estrategia?

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  2. Querida Olga:
    Según lo que apuntas, muy respetable, el fin justifica los medios.
    Personalmente no estoy de acuerdo.
    Un abrazo.

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  3. Isabel, por lo que sé, el vestido fue una elección personal de la presentadora, que tenía muy claro cómo "dar la campanada". En cuanto a la estrategia de la cadena, no es muy diferente de la que siguen las demás como norma general. Sólo hay que ver el nivel de los programas que componen la parrilla televisiva. Esto es más de lo mismo.
    Un abrazo y gracias por comentar,

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    1. Precisamente los deja en el mismo lugar o mismo nivel que a todas las demás. Una pena de armas las que usan.
      Un abrazo

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  4. Alfredo, el fin raramente justifica los medios. En este caso me he limitado a reflejar lo que considero una mera anécdota en el penoso panorama televisivo que nos acosa desde la pantalla. Por eso he querido quitarle hierro, porque el vestido de esta presentadora no es más que una pequeña gota en el enorme cenagal de programas que no hacen más que empobrecer el nivel cultural y moral de este país. No creo que debamos demonizarla por una actitud que simplemente retrata lo que hay. Ni más ni menos.
    Un abrazo y gracias por comentar,

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  5. Me sorprende que justifiques algo tan vulgar, que ni siquiera gusta o atrae a los hombres que más nos podemos sentir atraídos por las mujeres. No este modo.

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    1. No lo justifico, Fernando. Simplemente digo que que todo fue producto de una estrategia comunicativa, muy básica pero muy eficaz. Nada diferente a lo que vemos todos los días en esa y otras cadenas de televisión. Pero, en cualquier caso, no me parece que sea como para satanizar a esta chica. Y mucho menos para leer las barbaridades que le han dicho en las redes sociales.
      Más allá de eso, a mí también me parece vulgar y de mal gusto, pero no hay que exagerar.
      Gracias por comentar y un abrazo,

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  6. Gregorio Rivas06 enero, 2015

    Está claro. Ganar audiencia es la pretensión constante de cualquier cadena, pero viene bien tener en cuenta la diferencia entre audiencia puntual y habitual, fiel. Sobre todo si acciones para conseguir la primera llegan a desdibujar la imagen proyectada sobre la segunda.
    Aunque el primer objetivo a cubrir en comunicación siempre es notoriedad, no hay que olvidar que imagen y actitud precipitan a continuación, casi de forma instantánea; una acción de comunicación puede ser notoria y rechazada al mismo tiempo, sobre todo si utiliza protocolos estridentes. El machismo teñido de sexismo lo es hoy; salva filtros pero no siempre con buenos resultados.
    La Sexta ha sabido cubrir áreas de sombra en la audiencia televisiva y su modelo de programación y contenidos han llegado a ser imitados por otras cadenas. ¿Hará ella lo mismo recurriendo a tópicos sensacionalistas aunque poco inteligentes para subir cuota de audiencia? El montón es abundante.

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    1. Efectivamente, la Sexta se caracteriza por ofrecer contenidos alternativos con respecto a la oferta televisiva existente, pero una chica guapa y un destape es siempre un reclamo, en la Sexta o donde sea. La prueba está en que llevamos días hablando de ello.
      Gracias por comentar, Gregorio, y feliz día de Reyes!!!

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