19/4/10

Comunicación y protocolo, una simbiosis necesaria, por Olga Casal





La comunicación es el proceso que permite la transmisión de un mensaje entre dos sujetos, emisor y receptor. Partiendo de este principio básico, podemos definir la comunicación corporativa como la que hace llegar el mensaje de la empresa a sus públicos, con la intención de generar en ellos una imagen positiva. Pero para que esto ocurra, es necesario que ese mensaje exista. Y eso no se improvisa. La empresa, sea grande o pequeña, debe tener claro quién es y a dónde se dirige, fijar objetivos de negocio, pero también de imagen, e implementar las herramientas necesarias para alcanzarlos. En otras palabras, debe construir su identidad.

La identidad corporativa no puede estar basada únicamente en los símbolos visuales, como logotipos y códigos cromáticos, sino también en símbolos conceptuales, que recojan y compilen la filosofía de empresa, sus valores y pautas de conducta, es decir, su manera de hacer las cosas. Este es el factor diferencial. Trabajar en esa dirección le permitirá desmarcarse de su competencia y crear un estilo propio.

En el mundo de la globalización, las empresas que consiguen distinguirse tienen más fácil el camino hacia el éxito. No sólo es importante su producto o servicio, la notoriedad de su marca o las inversiones en publicidad. La verdadera diferencia debe verse reflejada en todos y cada uno de sus aspectos comunicacionales, desde la imagen personal de sus empleados o la información que transmite a los medios, hasta los actos públicos que organiza o aquéllos a los que asiste representada por sus directivos. La atención telefónica, la correspondencia, el trato al cliente… todo ello emite un mensaje, voluntario o no, que es captado por sus públicos y, por lo tanto, debe ser sopesado, medido y controlado. Y aquí es donde interviene el protocolo, como vehículo transmisor del mensaje corporativo.

El protocolo ofrece a la empresa del siglo XXI una herramienta insustituible para diferenciarse de su competencia en la estrategia comunicacional. Es el instrumento que regula el buen funcionamiento de las relaciones externas e internas, imprimiendo unas pautas de orden y conducta que crearán confianza y credibilidad, además de optimizar la gestión de cualquier acto, como reuniones de trabajo, negociaciones, visitas, presentación de proyectos o la celebración de cualquier clase de evento con proyección social y mediática.
La simbiosis entre comunicación y protocolo es un activo del que ninguna empresa moderna puede prescindir. No genera beneficios económicos inmediatos, pero proporciona algo que el dinero no puede comprar: reputación y prestigio.

3 comentarios:

  1. exelente me ayudo mucho a darme una idea

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  2. Me alegro de que le haya sido de utilidad. Gracias por su comentario.

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  3. El título del artículo me gusto y realmente ambos términos no pueden estar independiente uno del otro. Siga tocando este tema que ayuda a entender su importancia.

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