2/8/10

El estilo y la moda como forma de expresión personal, por Olga Casal





















Publicado en REVISTA PROTOCOLO: http://www.revistaprotocolo.com/index.php?option=com_content&view=article&id=3556&Itemid=651

El artículo sobre la elegancia que publiqué la semana pasada, por cortesía de su autor José Luis Delgado, me lleva indefectiblemente a reflexionar sobre uno de los aspectos externos que reflejan la elegancia: el estilo y la moda como forma de expresión personal.
Desde que Adán y Eva sintieron en el Paraíso la necesidad de cubrir sus cuerpos por pudor, el vestido se ha convertido en algo más que un recurso funcional que nos preserva de las inclemencias del tiempo. Desde antiguo la indumentaria cumple también la misión de distinguir oficios, profesiones y clases sociales. Con mayor o menor sutileza, marca distancias entre ricos y pobres, militares y civiles, religiosos y laicos, nobles y plebeyos. Cada grupo o estamento busca en el vestido su seña de identidad, la que le distingue de los otros y le aproxima a los suyos, con un instinto gregario que le proporciona seguridad y el orgullo de pertenencia al grupo. Pero más allá de ser un factor de clasificación e identificación, el vestido es también una forma de expresión personal en la que el ser humano encuentra una manera de reflejar sus gustos, preferencias y aspiraciones.
La industria y el marketing nos empujan a la tiranía del consumo, creando necesidades artificiales que el individuo desea ver cubiertas para no ser excluido de su entorno social, en un mundo globalizado que nos acerca cada vez más hacia la uniformidad y la homogeneidad. Todos buscamos ser aceptados por el grupo social al que pertenecemos o aquel grupo de referencia al que queremos pertenecer. Pero, al mismo tiempo, una especie de instinto de supervivencia emocional nos inclina a desmarcarnos de la masa, buscando un camino propio, original, en el que desarrollar nuestra faceta creativa, reivindicando el derecho de ser y sentirnos especiales. En este contexto, la moda se convierte en un instrumento valiosísimo de expresión personal, con una dimensión no sólo estética, sino también social, que nos permite expresar quiénes somos o quiénes queremos ser. El hecho de elegir una prenda o descartar otra habla de nosotros, del concepto que tenemos de nosotros mismos y de los demás, de cómo nos vemos y de cómo queremos que nos vean.
Dentro del maremagnum de estandarización en que se han convertido las sociedades del primer mundo, el ser humano defiende su libertad de elección como derecho inalienable de diferenciación e individualidad. Aunque cada vez resulte más difícil. Y en esto radica el estilo. En esa manera única de ser, vestir y comportarse que cada individuo encuentra para proyectar su propia personalidad. Decía Cocó Chanel que las modas pasan, pero el estilo permanece.

El estilo, como la elegancia, nace de nuestro interior y se refleja en nuestras manifestaciones externas. Por eso es perdurable e indiferente a las modas. Todo ser humano, por el mero hecho de serlo, es único, singular e irrepetible, pero cada uno debe encontrar su propio camino para ponerlo de manifiesto, sin copiar modelos preestablecidos o falsos iconos de modernidad. Cada individuo tiene un estilo propio, personal, intransferible, que debe potenciar como reflejo de su identidad, como un sello, un marchamo que lo diferencie entre la multitud. Encontrar ese punto de luz que nos destaque, sin caer en la extravagancia, es un verdadero logro que vale la pena intentar.
No quiero terminar sin recomendar un interesantísimo artículo de Adolfo Vásquez Rocca publicado en la Revista Enfocarte con el título La moda en la posmodernidad. Deconstrucción del fenómeno fashion,
 que se puede leer en http://www.enfocarte.com/5.26/moda.html

4 comentarios:

  1. El estilo y la moda es muy importante, siempre y cuando no se utilice de máscara. Quiero decir que no podemos juzgar a las personas por su estilo o forma de vestir. Yo no seré mejor profesional porque lleve vestido y corbata y un bolígrafo de marca en el bolsillo.

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  2. Tienes razón, Josep, pero no podemos olvidar que cada uno de nosotros es un conjunto de valores que comprenden el continente y el contenido, y todo es importante. La idea es que nuestro aspecto externo sea un reflejo de nuestra personalidad y no un disfraz.
    Gracias por tu comentario y un saludo,

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  3. Genial la nota y la recomendación del texto de enfocarte. Muchas gracias, me fue de gran utilidad para continuar instruyendome sobre este tema que tanto me apasiona. Gracias por compartirlo

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  4. Muchas gracias a ti, Claudia. Me alegro de que te haya servido mi reflexión y el magnífico artículo de la revista enfocarte. Un saludo,

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