30/8/10

Cortesía y respeto en los departamentos de RR.HH., por Olga Casal



En estos tiempos de crisis económica en los que tanta gente ha perdido su trabajo, abundan en todos los medios de comunicación, digitales e impresos, los consejos para redactar un C.V. en condiciones y para presentarse adecuadamente a una entrevista de trabajo. Yo misma he escrito sobre eso (ver aquí).

Ante tal cantidad de información, casi todo el mundo sabe ya qué datos debe incluir en su currículo, cómo debe presentarlo y cómo debe vestirse, comportarse e interactuar con su entrevistador para causar la mejor impresión y conseguir el empleo en caso de ser seleccionado.
Pero lo que no he visto todavía es un solo consejo para reclutadores de personal que, en ocasiones, olvidan que quien se dirige a ellos demandando un puesto de trabajo es un ser humano merecedor de respeto y consideración, con independencia de su cualificación profesional o su idoneidad para el puesto solicitado.
Alguien que se toma la molestia de remitir a una empresa su C.V. con una carta de presentación merece, como mínimo, una respuesta acusando el recibo de la misma. No cuesta nada. Es facilísimo configurar una contestación automática en el correo electrónico con unas palabras que expresen el agradecimiento y asegurando al remitente que le llamarán en caso de producirse alguna vacante acorde con su perfil. Un sencillo gesto de deferencia que mejorará la imagen de la compañía y complacerá a quien se dirija a ella en demanda de trabajo. Me pregunto, entonces, por qué casi nadie lo hace.

Y esto me lleva a la segunda parte, cuando el C.V. resulta de interés para la empresa y el solicitante del puesto es emplazado para una entrevista personal. Ocurre con frecuencia que al llegar el convocado se encuentra con una sala atestada de gente que ha sido citada a la misma hora y con idéntico motivo, lo cual, además de desolador, resulta insultante. Que una persona esté en el paro no significa que pueda perder el tiempo aguardando durante horas a que el entrevistador que la ha llamado termine de atender a otros candidatos. Una adecuada gestión de la agenda será suficiente para ordenar las citas y reducirá el estrés de todos, dando una imagen de organización y control.
Ante la avalancha de solicitudes que las empresas reciben para cada puesto que publicitan, es de suponer que los convocados para una entrevista han sido seleccionados entre otros muchos por sus cualidades, por lo que merecen ser atendido individualmente y no en medio de un grupo de personas ante los cuales deban exponer sus expectativas laborales o contestar a preguntas personales, excepto en el caso de que ésta fuera una estrategia de búsqueda de un perfil determinado. En cualquier otro caso –es decir, la inmensa mayoría de las veces- la entrevista debe servir para conocer al aspirante y comprobar si se ajusta a las necesidades de la empresa.
Ahora bien, no se debe olvidar que también el candidato debe conocer ciertos detalles sobre posibles funciones, responsabilidades, horarios y sueldos. Se trata de una comunicación bilateral, en la que ambas partes deben intercambiar información. El responsable de recursos humanos no puede partir de la base de que, ante la necesidad, todo el mundo está dispuesto a aceptar cualquier cosa. Se puede dar la circunstancia de que el solicitante de empleo no esté interesado en el puesto una vez que conozca los pormenores. Pero, para tomar esa decisión, tendrá que tener elementos de juicio y sólo si se establece un correcto flujo de información, ambas partes estarán en condiciones de decidir.
En general, tengo la impresión de que, cuanto menor es el nivel jerárquico del puesto ofertado, menos cuidado se pone en el trato a los postulantes, olvidando que las organizaciones no se nutren sólo de directivos y ejecutivos, sino también de otros trabajadores, tal vez menos cualificados, pero no por ello menos necesarios. En cualquier caso, todos son merecedores de la misma consideración.
Esmerando su trato con todos sus públicos – también con los aspirantes a serlo- las empresas no sólo demuestran respeto hacia ellos, sino que establecen un estilo propio basado en la cortesía y elegancia que irá cimentando su imagen y su reputación corporativa.

8 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo...He estado en el paro y tengo que decir que es totalmente cierto lo que cuentas..Pocos se dignan a cnt y los que lo hacen dan unas esperenzas que luego no son tal...Besos

    PD: ¿Me recomiendas algún curso de protocolo barato y en Madrid, no muy largo?

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  2. Hola Sophie,
    Gracias por tu comentario.
    Respecto a los cursos de protocolo, te recomiendo que busques la calidad antes que el precio. Sé que hay una amplísima oferta, pero también sé que no todos son impartidos por profesionales con formación y experiencia. Puedes consultar la página de la Escuela Internacional de Protocolo. Seguro que allí encontrarás algo interesante. No obstante, si quieres comentar algo más, mándame un mail (ariba, en Contacto).
    Un saludo,

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  3. Como siempre depende de la empresa, del ambiente que se respira y de las personas que han de dar la 'cara'…no debe ser nada fácil despedir a alguien.

    En muchos casos, los despidos - sobretodo los masivos- son debidos, en mi opinión, a una falta de visión a largo plazo por parte de la directiva, pero el que acaba despidiendo es alguien que muchas veces no sabe qué decir, y por desgracia esto le hace reaccionar mal. Por lo menos, esto es lo que intento pensar, si además te considera un recurso y no una persona, la deshumanización lo acaba de solucionar todo...'no es nada personal, hemos de despedir…. es la política de la empresa...', etc.

    Claro, que por otro lado, a nadie le gusta que le despidan. No es una situación agradable para nadie. Incluso… últimamente, leía ofertas de consultorías que vendían un servicio especializado en despedir a empleados, la empresa lo contrata y ellos se encargan.

    En resumen, coincido plenamente contigo, no creo que por eso no se deban cuidar las formas, si me permites decirlo así.

    Un saludo,
    Marga Moya.

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  4. Tu resumen es muy acertado, Marga. Yo creo que siempre hay que cuidar las formas, como manisfetación de respeto y consideración hacia los demás, incluso en los momentos duros, como los que describes.
    Un saludo y gracias por tu comentario,

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  5. Mª Luisa Calvo03 septiembre, 2010

    Para mi lo más duro no es que no te agradezcan la recepción del CV, sino que después de hacer entrevistas en la que la actitud del entrevistador es positiva (te preguntan si habría problemas para una segunda entrevista, etc.), nunca más vuelves a saber de ellos, a pesar de haberte dicho expresamente que te llamarán. Un simple correo informándote de que no has sido seleccionado (explicarte los motivos ya es mucho pedir) ayudaría mucho.

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  6. Pues sí, Mª Luisa, al menos una respuesta al interesado sería una muestra de cortesía y de respeto y mejoraría la imagen de la empresa. Un saludo muy cordial

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  7. Hola a todos y todas:
    Olga, tu post, es de lo más interesante que he leído últimamente sobre este tema, de todas maneras me gustaría añadir, que la cortesía o la falta de la misma, es como la imágen del candidato para la empresa, es decir, es la primera impresión, y si la empresa quiere atraer a los mejores, para cada puesto, y categoría, lo mínimo que tendría que dar es eso, dar buena impresión, para no espantar a sus futuros empleados antes de comenzar la entrevista.

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  8. Efectivamente, Ana, también es una cuestión de imagen. Las formas son importantes. Gracias por tu comentario y un saludo,

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