7/2/11

MARKETING SENSORIAL. COMIDA QUE COMUNICA, por Olga Casal

Hace algunas semanas hablaba aquí y aquí del marketing sensorial como una nueva estrategia de relaciones públicas que pretende provocar en el cliente una experiencia multisensorial, despertando en él emociones y sensaciones positivas que asociará a la marca.
Indudablemente esta estrategia tiene un campo amplísimo para desarrollar en el mercado de organización de eventos, ya que sabemos que cada evento ha de ser único, singular, sabiendo además, que el nivel de exigencia del público asistente es cada vez mayor.
En aquellos artículos, comentaba que el sentido del gusto –obviamente relacionado con la comida y la bebida- quedaba casi siempre relegado a la correcta elección y presentación de los platos, detalle imprescindible si queremos que la oferta gastronómica resulte sugerente y atractiva. Pero no es ésta la única opción.
Hoy puedo ofreceros un ejemplo de marketing sensorial sumamente original e innovador, no sólo por el ámbito elegido para la celebración del evento, sino también por la forma en que se presentaron las viandas. Se trata de una cena de Navidad, a la que estaba invitada la prensa especializada, que se celebró en una galería de arte. Vale, hasta aquí no parece nada fuera de lo normal. Pero la originalidad consiste en que las obras de arte expuestas ... ¡eran comestibles!. Sí, sí, comestibles. Los artífices de tan novedosa idea crearon diez obras de arte con enorme sensibilidad en la combinación de colores, texturas, formas y tendencias, con la peculiaridad de que la materia prima estaba compuesta por alimentos y su elaboración provenía del taller de cocina. El invitado, tras observar y admirar la obra podía además comérsela.
La comida transmite sensaciones, pero también la manera de presentarla. Ésta es una forma original y creativa que, con toda seguridad, los asistentes tardarán en olvidar.
Os dejo un vídeo en el que podréis ver el proceso de montaje y desarrollo




Fuente: Food&Mambo

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